lunes, 29 de agosto de 2011

Zarate



Sólo 50 minutos en automóvil separan Zárate de la Ciudad de Buenos Aires. Sólo una hora y 30 minutos en ómnibus separan a la gran urbe de cemento del sol, de las playas de río y de la buena pesca. Sólo dos horas en ferrocarril separan al estrés de diversas formas para enfrentarlo: turismo arqueológico, estancias, turismo de aventura, turismo educativo... Las propuestas del partido de Zárate son múltiples, y la mayoría de ellas basadas en una premisa: disfrutar el Delta Superior, una de las zonas de mayor privilegio natural de la Argentina, en compañía de toda la familia.
La intrincada red de arroyos sinuosos y los caudalosos brazos del río Paraná -el Guazú y el Paraná de las Palmas-, junto a las islas de exuberante vegetación, brindan un escenario ideal para pasar un día al aire libre, lejos del ruido y de las batallas urbanas. La infraestructura de servicios aquí está en consonancia directa con ese anhelo de vida abrazada a la naturaleza. Alrededor del emblemático complejo ferrovial Zárate-Brazo Largo se despliega una sucesión de clubes, recreos y campings que cuentan con buena arboleda, un entorno apacible, parrillas y, sobre todo, están al alcance de cualquier bolsillo.

El encuentro con la cultura europea y la autóctona, conformó a través del tiempo un escenario donde cada lugar es testimonio de un momento histórico. Los inmigrantes, los mestizos y los criollos dieron origen a una cultura singular que quedó plasmada en la diversidad de los monumentos, edificios, museos y sitios históricos, y en la rica oferta de fiestas, actividades y celebraciones tradicionales que se desarrollan en todos los pueblos y ciudades de Buenos Aires.




La música y la literatura quedaron marcadas para siempre por las historias contadas en los viejos almacenes, postas, pulperías, teatros y estaciones ferroviarias que hoy vuelven a brillar gracias al turismo.

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