martes, 29 de septiembre de 2009

Avistaje de ballenas


Puerto Madryn conforma el mayor centro de servicios turísticos de la costa patagónica y es, además, la puerta de entrada a la península de Valdés, lugar donde se presenta uno de los espectáculos más colosales y admirados del mundo: el avistaje de la ballena franca austral. Estos mamíferos pueden observarse de junio a diciembre, época en que se acercan a las costas del Golfo Nuevo para aparearse o para dar a luz a sus crías.

Saliendo de Puerto Madryn por la ruta prov. 1 y luego por la nº 2, tras recorrer 77 km se arriba al Istmo Carlos Ameghino, desde el cual se divisa el Golfo San José y el Golfo Nuevo, que en su parte mas angosta posee solo seis kilómetros. Del Istmo hasta Puerto Pirámides se debe recorrer 20 kilómetros con dirección este.

Recomendamos ir bien abrigados, ya que hay mucho viento y si tuvieran, algo impermeable por las posibles salpicaduras. Los botes que realizan avistaje parten desde Puerto Pirámides a las 10, 12, 14 y 16 horas aproximadamente.

Una vez adentrado el barco, normalmente no tarda mucho tiempo hasta que las ballenas comienzan a acercarse, curiosas, a las embarcaciones. Es muy común ver a una madre con su cría. Su gestación dura doce meses y por igual período de tiempo la hembra amamanta al ballenato, que en el momento de nacer mide cinco metros y medio.

Cuando estos animales están en capacidad de reproducción regresan, con intervalos de tres años, al área de península de Valdés, buscando aguas seguras y tranquilas para parir otra cría.

La ballena franca austral presenta un cuerpo curvado y no posee aleta dorsal. Las hembras adultas miden entre 13 y 16 metros, en tanto que los machos alcanzan sólo 12. Los adultos pueden llegar a pesar entre 30 y 40 toneladas.

En la boca, que tiene forma curva, se disponen unidas a la mandíbula superior, unas 260 placas o barbas córneas, llamadas originariamente baleen, de donde proviene el nombre castellano ballena. En la parte superior de la cabeza poseen unas callosidades que son su “sello de identificación”, como las huellas digitales, ya que no existen dos marcas iguales.

Detrás de las callosidades se encuentran los espiráculos, los orificios por los que el animal respira y desde los cuales expulsa violentamente el aire de sus pulmones.

A fin de evitar alteraciones durante la época de cría y reproducción, la provincia de Chubut permite la navegación únicamente en el Golfo Nuevo y sólo a embarcaciones de empresas turísticas, que deben poseer también la debida autorización de la Prefectura Naval Argentina, por lo que el avistamiento se encuentra totalmente regulado para proteger la integridad de las ballenas francas, declaradas Monumento Natural en el año 1984.

Una hora y media dura, aproximadamente, este encuentro inolvidable con estos magníficos animales.

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