lunes, 28 de septiembre de 2009

El museo del fin del mundo



El viejo edificio de la esquina de Maipú y Rivadavia se ubica frente a la Bahía del Canal de Beagle. En él funcionó el Banco Nación hasta 1976. Desde ese entonces, es sede del Museo del Fin del Mundo, encargado de preservar las raíces históricas de Tierra del Fuego. Conocer su patrimonio significa entender parte de la historia y del presente de la zona.

Funciona de 9 a 20 (temporada alta) de 12 a 19 (de abril a setiembre). Las visitas guiadas son a las 11, 14, 16 y 18.

Este propósito fue concretado después de varios intentos oficiales de un grupo de pobladores decididos a rescatar el pasado. En 1973, crearon una asociación civil, hoy conocida como H.A.N.I.S, que en lengua yámana significa “lenga” y que son las siglas de Historia, Antropología, Naturaleza, Isla y Sur, todos términos que definen la identidad de la institución.

Al ingresar, la primera sala esta presidida por un imponente mascarón de proa que perteneciera al Duchess of Albany, nave inglesa que naufragó en las costas fueguinas en 1893. Ostenta 800 kilos y fue esculpido en homenaje a la princesa Elena Frederica Augusta de Waldeck y Pyrmont, nuera de la Reina Victoria de Inglaterra, y fuera rescatado en 1950 en Caleta Policarpo, al sudeste de la isla Grande.

Sin embargo, el paseo se inicia mucho antes, en la época de los primeros habitantes de la zona. La colección de elementos y utensilios, que abarca más de 8.000 años de historia, comprende desde arpones, armadores y pedernales hasta réplicas de canoas y cesterías, pertenecientes a los yámanas. Todos los artefactos denotan las costumbres cotidianas y las formas de vida, centradas en la caza y la pesca.

A estas vitrinas, le suceden cronológicamente los testimonios de la presencia de las misiones anglicanas en 1870 y de las salesianas en 1890, la llegada de la expedición del comandante Lasserre (1884) y la controvertida figura de Julio Popper. Este ingeniero rumano aspiraba a una Patagonia diferente sin comunidades nativas y repoblada por europeos y llegó hasta a acuñar su propia moneda y sello postal. También se pueden encontrar láminas con las crónicas del aviador alemán Gunther Von Plüschow y pequeños objetos de su avión “Cóndor de Plata”, el primero que sobrevoló el Cabo de Hornos. Además se exhiben restos del naufragio del buque alemán Monte Cervantes, el primer crucero de turismo a Tierra del Fuego, hundido en el Canal de Beagle en 1930.

En la segunda sala, funcionaba un auténtico almacén de ramos generales. En estas tradicionales tiendas, se conseguía todo lo necesario: desde los alimentos a instrumentos musicales, libros y vestimenta.

Hasta principios del siglo XX, todo el abastecimiento se recibía vía marítima cada tres meses y los almaceneros eran personas cruciales en el desarrollo del pueblo, ya que debían calcular las necesidades de los pobladores para estimar los fletes de mercadería.

Hoy en día, los familiares de algunos de estos personajes como Luis Fique, Fortunato Bebán, Pascasio Olmos y Barcley Fadul, aún residen en Ushuaia.

Asimismo, ligado al pasado cotidiano de la ciudad, la sala 3 está dedicada al presidio. Emplazada en la actual base naval de Ushuaia, el presidio y cárcel de reincidentes empezó a construirse en 1902 por los mismos presos. Los uniformes usados por guardiacárceles y penados, cigarreras, costureros, portaplumas y verdaderas reliquias como un bastón hecho de naipes y un fósforo tallado con el himno, son algunas de las tantas piezas fabricadas por los reclusos que hoy resguarda el museo.

Las salas siguientes concentran una amplia colección de fauna autóctona. Más de 180 especies de aves conforman la exposición más completa de Tierra del Fuego, con ejemplares representativos de los ambientes marítimos, costeros y del bosque, además de la sala 5, que exhibe pinnípedos como lobos marinos, focas y morsas de la zona.
Rezago de la sucursal del Banco Nación, entidad fundamental para el desarrollo de la ciudad, se preserva la bóveda con su puerta exterior blindada, los cerrojos de seguridad, el mostrador original y la caja fuerte de La Comercial, entre otros documentos financieros.

Para finalizar el recorrido, se puede conocer la biblioteca, que posee más de 3.400 volúmenes sobre etnografía, historia y naturaleza fueguina.

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